20. No podrán escapar de Dios en la Tierra, como tampoco tendrán [el Día del Juicio] quien los pueda proteger de Dios, y les será duplicado el castigo. Ellos no se permitieron oír [el Mensaje] ni querían ver [la verdad].
23. En cambio, los que hayan creído y obrado el bien y se sometieron con humildad a su Señor, serán los moradores del Paraíso, donde permanecerán por toda la eternidad.
27. Los líderes de los que se negaron a creer de su pueblo, dijeron: “No eres más que un mortal como nosotros, y solo te siguen los pobres y débiles de nuestro pueblo sin ninguna reflexión. No los creemos mejores que nosotros, sino que los consideramos mentirosos”.
28. Dijo [Noé]: “¡Oh, pueblo mío! Me he presentado ante ustedes con una prueba evidente de mi Señor, Quien me ha agraciado con Su misericordia[1], a la que ustedes se mantienen ciegos. ¿Acaso creen que vamos a imponerles aceptar [el Mensaje] cuando no están de acuerdo?