[980] Esta aleya y las cuatro siguientes se refieren a la primera vez que el profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— contempló al ángel Gabriel en su verdadera forma, con unas seiscientas alas que cubrían el horizonte.
[981] El Corán no menciona qué es lo que le fue revelado entonces al profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—. Algunos comentaristas opinan que fueron unas aleyas de las suras 93 y 94, o bien que ningún profeta entraría en el paraíso antes que él ni ninguna comunidad antes de la suya.
[985] El motivo de que Al-lah realice esta pregunta retórica a los idólatras se debe a que los ídolos mencionados que adoraban representaban deidades femeninas que atribuían falsamente a Al-lah.
[986] Los hombres no podrán pedir a los ángeles que intercedan por ellos el Día del Juicio Final pues ese permiso debe ser solicitado directamente a Al-lah, y Él lo concederá a quien quiera en favor de aquel con quien esté complacido, por lo que no podrá ser en favor de un idólatra.
[987] Algunos exégetas opinan que se está refiriendo al hombre que muere rechazando la verdad, cuyas buenas obras obtendrán su recompensa en la vida mundanal y no en la otra. El creyente, no obstante, puede beneficiarse tras su muerte de la plegaria que hace por él un hijo virtuoso, de una acción de caridad que realizó de la cual los hombres siguen beneficiándose o de un conocimiento que dejase antes de morir que sigue siendo de utilidad a los hombres, etc.