[277] También puede entenderse que se irán sucediendo de mil en mil.
[278] Cuando los creyentes acamparon en Badr, se hallaban en un valle de arena lejos de los pozos de agua de la zona, los cuales estaban en poder del enemigo. Entonces el Demonio quiso sembrar la duda en ellos susurrándoles que si realmente estaban en la verdad y se encontraba entre ellos el Mensajero de Al-lah, el agua que ellos necesitaban para la ablución y para beber no estaría en manos de los idólatras. La lluvia devolvió la seguridad a los creyentes y ayudó a apisonar la arena para que la tierra se volviese más firme y estos pudiesen desplazarse con mayor facilidad hasta su encuentro con el enemigo.