[1] Una señal de la veracidad de los Mensajeros, que puede verse al leer sus biografías, es que ellos eran ascetas respecto a los lujos transitorios de este mundo. Jamás solicitaron recompensa alguna a las personas por guiarlas al camino recto. Hicieron el bien sin esperar premio ni agradecimiento de la gente.
[2] El Corán en este versículo condena la discriminación de las clases bajas, los pobres y los marginados sociales, así como condena que la religión se vuelva un asunto manejado por una élite que solo conforman los poderosos y los adinerados.
[1] Al Sagrado Corán.