[286] Antes del Islam, había muchos enfrentamientos entre las tribus árabes de Medina debido a su odio y enemistad, pero el Islam los unió y Al-lah hizo que todos apoyaran al Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—.
[287] Ello significa que los creyentes deben luchar contra el enemigo y no deben retirarse de la batalla, aunque los enemigos los doblen en número. No obstante, si estos los triplicasen o los superasen todavía más en número, los creyentes no tendrían la obligación de enfrentarse a ellos y podrían rehuir la lucha. La aleya anterior queda, pues, derogada por esta y demuestra que Al-lah no quiere la dificultad para Sus siervos.
[288] En los comienzos del Islam, Al-lah no permitía a los creyentes tomar prisioneros de guerra porque los enemigos del Islam eran muy numerosos y los creyentes muy pocos; y si los enemigos quedaban libres mediante un rescate, podrían volver a atacarlos poco después. Cuando el Islam fue cobrando seguidores y fue fortaleciéndose, sí tenían la opción de tomar prisioneros y pedir un rescate por ellos según la aleya 4 de la sura 47.
[289] Esta aleya fue revelada tras la batalla de Badr, después de que el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— y los creyentes tomasen cautivos de guerra y los liberasen mediante el pago de un rescate. Entonces Al-lah no había revelado aún una aleya que permitiera tal acción y los reprende por haber tomado dicha decisión, aunque no los castiga porque había decretado que la nación de Muhammad podría obtener botines y tomar prisioneros de guerra más adelante.