65. Pero luego volvieron a su estado anterior[1] [y le dijeron]: “Tú bien sabes que no pueden hablar”.
[1] El apego fanático a las tradiciones de sus ancestros, a pesar de que contradecían la lógica y el razonamiento sano, pesó más en ellos, y en lugar de abandonar la idolatría, volcaron su frustración y odio sobre Abraham.