[1] Para reflexionar y arrepentirse de su incredulidad, o para alistarse para la partida.
[1] El día diez del mes de Dhul-Jíyyah, en el cual se realizan muchos de los ritos de la peregrinación, como arrojar los guijarros, circunvalar la Ka’bah y rasurarse la cabeza, entre otros. Quienes no están realizando la peregrinación, celebran en este día la festividad de Eid Al-Adha.
[2] Este anuncio fue hecho en una situación especial para una gente en particular: para aquellos idólatras que persiguieron, torturaron o mataron a los musulmanes debido a su fe. El versículo que sigue hace evidente esta particularidad al hacer una excepción con aquellos idólatras que no tuvieron esa actitud de persecución contra los creyentes.
[1] Mujárram, Rayab, Dhul-Qa‘dah y Dhul-Jíyyah, en los cuales es prohibido el combate.
[2] Los que persiguieron, torturaron y asesinaron a hombres, mujeres y niños debido a su fe, ya que al ser crímenes de lesa humanidad no prescriben ni ingresan dentro de ninguna amnistía.
[3] Cada versículo del Corán debe ser leído e interpretado dentro del contexto global del Corán. Este versículo, que habla de una posible conversión al Islam por parte de “aquellos que atribuyen divinidad a otros junto con Dios” con los cuales los creyentes están en guerra, debe, por tanto, ser considerado en conjunción con varios preceptos fundamentales del Corán. Uno de ellos, “no se puede forzar a nadie a creer” (2:256), prohíbe categóricamente cualquier intento de convertir a los no musulmanes por la fuerza, lo que excluye la posibilidad de que los musulmanes exijan o esperen que un enemigo vencido acepte el Islam a cambio de inmunidad. En segundo lugar, el Corán ordena: “Combatan por la causa de Dios a quienes los agredan, pero no se excedan, porque Dios no ama a los agresores” (2:190); y: “Cada vez que su pueblo los incita a combatir contra ustedes se precipitan a agredirlos. A estos, si no dan la palabra de que no combatirán contra ustedes, proponen la paz y contienen la agresión, aprésenlos y ajustícienlos [en el curso del combate] donde quiera que los encuentren. A ellos se les permite combatirlos” (4:91). La guerra es solo permisible en defensa propia, con la condición adicional de que: “Pero si ellos cesan de combatirlos, sepan que Dios es Absolvedor, Misericordioso” (2:192), y: “Pero si ellos cesan de combatir, que no haya más hostilidades” (2:193). Los versículos 4 y 6 aclaran aún más la actitud que deben adoptar los creyentes hacia aquellos no musulmanes que no sean hostiles. Ver también Corán 60:8-9.