[18] La Torá y el Evangelio originales, antes de ser alterados por el hombre, contenían muchas referencias sobre el Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— y les ordenaban seguirlo; así que, si realmente hubieran seguido sus Escrituras, habrían creído en el Corán.
[19] Quienes están en el buen camino son los que creen en el Corán y en el Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— y obran en consecuencia.
[20] Al-lah asegura en esta aleya al Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— que no tiene nada qué temer porque Él se encargará de protegerlo y de concederle la victoria sobre el enemigo, y que su única misión es la de transmitir el mensaje de su Señor. Antes de que esta aleya fuera revelada, el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— solía permanecer vigilante durante la noche hasta que alguno de sus seguidores se ofrecía para proteger su vivienda.
[21] Ver la nota de la aleya 62 de la sura 2.