[1] Dios aclara que la salvación no se alcanza por pertenecer a un grupo determinado, sino por la creencia y las buenas obras.
[2] Alusión tanto a la idea de los judíos de ser “el pueblo elegido de Dios” y de que, por ello, tienen asegurada Su misericordia en la otra vida, como al dogma cristiano de la “redención”, que promete la salvación a todos los que creen en Jesús como “hijo de Dios” y que este fue crucificado en la cruz para expiar los pecados de la humanidad.