[88] Al-lah compara, mediante este ejemplo, las buenas acciones de los creyentes con el jardín, pues estas siempre verán sus frutos y serán recompensadas por Al-lah en mayor o menor proporción, según sean dichas acciones.
[89] El hombre de este ejemplo que pierde los frutos de su jardín cuando ya es demasiado mayor para replantarlo y no puede ser ayudado por su débil descendencia, es comparado con aquel que rechaza la verdad y no dispone de buenas acciones el Día de la Resurrección, que es cuando más las necesitará.