[132] Dichos testigos tienen que ser personas íntegras que hayan presenciado el acto de fornicación, por lo que el acto tiene que haber sido en público (de lo contrario no sería posible que lo presenciaran cuatro testigos). Y quien acuse a una mujer honesta de fornicación o adulterio sin presentar cuatro testigos debe ser castigado, según la aleya 4 de la sura 24.
[133] La salida a la que la aleya hace mención es otra sanción que sustituirá la reclusión indefinida de la mujer y que será revelada en la aleya 2 de la sura 24.
[134] La interpretación más extendida por los comentaristas islámicos es que se refiere a dos hombres culpables de homosexualidad, aunque también puede entenderse como un hombre y una mujer que cometen juntos fornicación o adulterio. En este último caso, el castigo que recibe la mujer está mencionado en la aleya anterior. Posteriormente, la aleya quedaría abrogada por la 2 de la sura 24, como en el caso anterior, según la cual, tanto el hombre como la mujer reciben cien latigazos como castigo, en caso de que ambos estén solteros.
[135] Previamente al Islam, cuando un hombre moría, sus parientes varones eran libres de hacer lo que quisieran con la viuda: podían casarse con ella o casarla con alguien o impedir que se casara con quien ella quisiera, pues tenían más derechos sobre ella que su propia familia.