[572] La expresión árabe enfatiza el hecho de que solamente Él conoce todo lo referente a la Hora, y que ni los profetas ni los ángeles tenían ni tienen conocimiento acerca de cuándo sucederá. De hecho, la Biblia también afirma que solo el Padre sabe cuándo tendrá lugar la Hora que está marcada por la segunda venida de Jesús: “Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo ni el Hijo, sino solo el Padre (Mateo 24, 36; Biblia de las Américas)”. El hecho de que Jesús —la paz de Al-lah esté con él— no tuviese ese conocimiento confirma que no era más que un Mensajero de Al-lah.
[573] La mano de Moisés parecía irradiar luz de lo blanca que era sin que se debiera a ninguna enfermedad, ya que algunas, como la lepra, suelen comenzar a manifestarse con la aparición de manchas blancas en la piel donde se pierde sensibilidad. Aquí Al-lah hace hincapié a que dicha blancura era totalmente milagrosa.