[91] En el Islam, como norma general, el testimonio de una mujer tiene el mismo valor que el testimonio de un hombre. Hay, no obstante, situaciones en las que solo se acepta el testimonio de la mujer, y otras en las que el testimonio de un hombre vale por el de dos mujeres juntas. Esta última situación se da en transacciones económicas, como es el caso de esta aleya. Ello se debe a que las responsabilidades económicas familiares recaen en el hombre y no en la mujer, y por ello es de suponer que los hombres tengan más experiencia que las mujeres en este tipo de asuntos.