[967] Esta aleya también podría traducirse más literalmente como: «Juro por el cielo tejido con perfección», aunque son muchos los comentaristas que entienden que se refiere a las órbitas que siguen los cuerpos celestes en el universo, que son descritas como los caminos del firmamento. Dichas órbitas no podían conocerse en la antigüedad porque se carecía de la tecnología para estudiarlas.
[968] Ver las aleyas 51-55 de la sura 15 sobre el mismo tema.
[969] Ver la nota de la aleya 67 de la sura 11.
[970] La continua expansión del universo es uno de los conocimientos científicos actuales que no podía saberse en tiempos del profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—. No fue hasta 1929 que el astrónomo Hubble descubrió con su telescopio que las galaxias y las estrellas están en constante movimiento, separándose cada vez más las unas de las otras. Con anterioridad al siglo XX, se creía que la naturaleza del espacio era constante, sin cambios, y que este no tenía comienzo.