[1] Adán, el primer hombre creado.
[2] Eva, la primera mujer creada.
[1] Este argumento es un reproche de Dios a los idólatras por adorar junto a Él aquello que no puede crear, sino que ha sido creado. Lo creado no puede jamás asemejarse al Creador, ya que los objetos y los seres creados no pueden ofrecer ayuda a sus adoradores, pues ni siquiera pudieron crearse a sí mismos.
[1] Pues están tan ciegamente aferrados a sus creencias que no reflexionarán en los argumentos.