[1] El becerro de oro tenía unos agujeros, al pasar el viento por ellos emitía un ruido similar al mugido, y los israelitas lo consideraron milagroso.
[1] La Biblia culpa a Aarón por este acto de idolatría, mientras que el Corán lo libera de esa acusación. Ver Éxodo 32 1-5.
[1] Según algunos exégetas, se refiere al ángel Gabriel.