[76] Si juran que no mantendrán relaciones con sus esposas por más de cuatro meses, pasados los cuatro deberán obligatoriamente regresar a ellas o divorciarlas.
[77] También puede entenderse: «Si después se retractan de su juramento (antes de que finalicen los cuatro meses)».
[78] Los hombres y las mujeres tienen derechos y obligaciones proporcionalmente semejantes, pero no idénticos. Así pues, por ejemplo, la mujer tiene derecho a ser mantenida y a que sus necesidades económicas queden cubiertas por el marido, mientras que ello es una obligación para el hombre. La razón por la que los hombres están un grado por encima de ellas se debe a que ellos son sus protectores y responsables y quienes las mantienen.
[79] El maher suele traducirse tradicionalmente como dote; sin embargo hay grandes diferencias entre ambos conceptos. El maher consiste en unos bienes —normalmente oro en la actualidad— que el esposo debe obligatoriamente regalar a la esposa cuando oficializan el contrato de matrimonio. Este presente es una muestra de la generosidad y de la disposición y capacidad del hombre para mantener a su esposa y satisfacer sus necesidades económicas. A veces, en Occidente, se malinterpreta maliciosamente y se piensa que de esta manera el esposo compra a la esposa. Hay que resaltar que estos bienes no los ofrece el esposo a los padres de la esposa, sino a ella, y nadie más que ella tiene el derecho de hacer uso de esos bienes. No hay una cantidad mínima estipulada y lo recomendable es que el maher se adapte a las posibilidades del esposo.
La dote, no obstante, consiste en unos bienes o dinero que la esposa aporta al matrimonio —no son, pues, solamente para ella— y que provienen de sus propios padres y familiares más cercanos.