[1] La mujer en el Islam tiene asignada su parte en la división de la herencia. En este versículo se establece que las hijas reciben la mitad que sus hermanos varones. Esta mitad, aunque en apariencia pueda verse como injusto, es un porcentaje generoso y justo, ya que, en la legislación islámica para la familia, los hombres son los que tienen que asumir las obligaciones de manutención de la misma. Por ejemplo, sobre el hombre pesa la responsabilidad de entregar la dote a su futura esposa, asumir los gastos de su esposa e hijos y, en algún momento, de mantener también a sus padres. En el caso de la mujer, acorde a la legislación islámica para la familia, ella no es responsable de mantener económicamente a nadie, excepto que lo haga de buena voluntad y como colaboración para el hogar, porque su padre, sus hermanos o su esposo son los responsables de mantenerla, sin importar qué tan rica sea ella. Aun así, existen escenarios en los que la mujer recibe de herencia una porción igual a la del hombre.